Desperté y se había ido. Como una ráfaga del tiempo, borró las huellas y una luz salió de mi boca. Nada había donde siempre una herida colgaba de mis sienes, de mi pecho. Busqué entonces debajo de la cama, tras las paredes y dentro del espejo. La alacena y el viejo escritorio seguían abiertos, intactos y vacíos tal cual los abandonó. La puerta rota seca que siempre cedió al paso de la desesperanza y el frío de la indiferencia. Descalzo y descansado caminé a la ventana. La noche seguía viva, pero ésta vez ya no dolía. Volví de nuevo a la herida de mis sienes y mi pecho. La luna hermosa me había sanado, me había curado. La luna nueva devolvió la vida a mi habitación.
Incitatüs
(Abril'11)
Imagen: internet
Me encanto... TE AMO!!!
ResponderBorrarY yo a tí Moonse.
ResponderBorrarbueno leerte de nuevo...
ResponderBorrarPor fin!!!
ResponderBorrarInteresante entrada, ya era hora que vos volvieras a escribir.
ResponderBorrarSaludos
Alberto no se ve lista de seguidores.
ResponderBorrarCheca eso.
Artemisa sutura las heridas con hilos plateados, no se ven las puntadas tan solo se sienten.
ResponderBorrarAcabo de leer tu texto y lo sentí como un deyabu, como si el tiempo se repitiera en la escena y en tu pasaje descriptivo me encantó, besos
ResponderBorrarBendita luna.
ResponderBorrarQue no deje de sanarte.
Saludos.
QUE BONITO POST :)
ResponderBorrarSí, bendita luna.
ResponderBorrarMuy bonito Albert.
Besos.
Gracias a ustedes por leerme.
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