La entrada obstruía la vista, era clara sin embargo.
Sólo el viento y sus pasos caminan por aquel sendero ciego.
Tenso de andar, enfermo de lucidez y hastiado de verdad, vomitaba.
Una eternidad aguardaba la respuesta a su basta locura.
No creería la mística que engendraba sus dudas de la existencia.
No luchaba contra el egoísmo que la Supremacía de aquel Sol le abordaba.
Dislocado de sabiduría, hablaba a la Luna y a un ángel muerto.
Tormento enajenado, solo, ante su sombra luminosa.
Incitatus
(Julio'12)
Imagen: Internet
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