Dijiste que te dolía la mandíbula y me acerqué a ti.
Empecé nervioso a darte un masaje, mientras cerrabas los ojos.
Tenerte cerca, tocar tu piel y ver que lo disfrutabas me hizo imposible detenerme.
Te besé con las ansias de semanas de no verte.
Sentí lo dulce de tus labios, lo fresco de tu aliento.
Lo cálido de tu lengua y tu respiración estremecida.
Besé tus mejillas y sentí tu sonrisa.
Abrí los ojos, y observé el brillo de los tuyos.
Ésta noche sólo quería venir a saludarte.
Decirte que ya no sucumbiría más ante tus encantos.
Poner un alto a mis debilidades para no sufrirte de nuevo.
Ver que estabas bien y tal vez despedirme temprano.
¡Pero no!, ¡tenías que lastimarte la mandíbula!.
Empecé nervioso a darte un masaje, mientras cerrabas los ojos.
Tenerte cerca, tocar tu piel y ver que lo disfrutabas me hizo imposible detenerme.
Te besé con las ansias de semanas de no verte.
Sentí lo dulce de tus labios, lo fresco de tu aliento.
Lo cálido de tu lengua y tu respiración estremecida.
Besé tus mejillas y sentí tu sonrisa.
Abrí los ojos, y observé el brillo de los tuyos.
Ésta noche sólo quería venir a saludarte.
Decirte que ya no sucumbiría más ante tus encantos.
Poner un alto a mis debilidades para no sufrirte de nuevo.
Ver que estabas bien y tal vez despedirme temprano.
¡Pero no!, ¡tenías que lastimarte la mandíbula!.
incitatüs
(noviembre'07)
imagen: internet
Benditas leciones de mandíbula! Más noches de estas, en las que solo veniamos a "saludar".
ResponderBorrarahahaha
ResponderBorrarvengo navegando desde los mares virtuales de Angy, primera vez que toco este puerto y, lo primero que leo, es algo que me ha pasado a mí (sólo que bien escrito): allí cuando he ido a decir basta a todas mis debilidades, tenía que pasarle algo... ya lo hice y duele. Lo he leído, lo he vivido, lo estoy olvidando. Buen relato!
ja, tenía que lastimarse la mandíbula, ja, ja, ja.
ResponderBorrarMenos mal que no se lastimó otra cosa, si así fuera, tal vez ni siquiera hubieras podido despertar.
Si no hubiera sido la mandíbula, hubiera sido la rodilla, el cuello o lo que fuere... cuando dos cuerpos se buscan incesantemente, cualquier excusa, por pequeña que sea, supone un fino hilo al que agarrarse para hacer emerger nuestros sentimientos.
ResponderBorrarCreo que todos nos hemos visto reflejados en tu post.
Saludos.
una paradoja del amor siempre es bienvenida con el corazón, como bien dice Yurena los pretextos son necesarios si esta en medio nuestros sentimientos, aqui los más profundos, un beso
ResponderBorrarAlguna vez a la luna le pedí no amarte más, lloré para que se cumpliera mi deseo, un cuervo se poso en mi hombro, acto seguido picoteo mis ojos y comió de ellos, hambriento de luz.
ResponderBorrarTe amé desde que te vi, sigues adentro, el alma esta intacta.
Saludos.
jajaja, es que cuando el amor pica hay que rascarse como sea, con excusas o sin ellas o, dejar de ser buen samaritano y puede que te pierdas muchas cosas,
ResponderBorrarunabrazo
Mina:
ResponderBorrarBenditas tardes, como bien dices.
Ojalá la siguiente vez sea una costilla.
Gracias por tu visita.
Desaparecida de Toluca:
ResponderBorrarCierto, creo que a todos nos pasa, pero con otro tipo de dolores.
Bienvenida a éste puerto, puedes quedarte si así lo deseas.
Gracias y un saludo.
Palomilla:
ResponderBorrarDe eso hubiera pedido mi limosna, creeme.
Gracias por tu siempre puntal visita. Un saludo.
Yurena:
ResponderBorrarGracias de nuevo por tu visita:
Sí, y ahora que recuerdo, creo que le duele la rodilla.
Es lindo jugar de vez en cuando al doctor.
Mixha:
ResponderBorrarSiempre y cuando esa paradoja nos conduzca a un final adecuado, lleno o no de amor.
Benditos pretextos.
Gracias por tu visita.
Cuatroletras:
ResponderBorrarAlguna vez,
la luna llena.
Alguna vez
ese cuervo no solo comió de mis ojos,
se llevó mi alma.
Aún en la oscuridad,
segiré esperando una nueva Luna.
Gracias como siempre, Maestra!
Un besote!
Tomás:
ResponderBorrarNo os preocupeis Maestro,
a éste pseudomédico le sobran muchas consultas para ésta pseudoenferma de su mandíbula...
Gracias como siempre.
este me parecio majestual, muy bueno, saludos
ResponderBorrarOjalá pudiera no sucumbir mas a los encantos del amo de mis demonios, y finalmente poner un alto a mis debilidades, como añoras, iniciatus, para no sufrir de nuevo...
ResponderBorrarMe encanto, precioso. Bien narrado y tan fidedigno como todos los relatos que eescribes, a mas de uno nos a pasado que nos intentamos despedir y nunca habrá una correcta manera, ni hablar
ResponderBorrarBesos