Caí.
Caí
después de que me pisaron,
después,
tirado lo hiciste tú.
Pero
me acostumbré a tu pie;
me
sentí protegido a pesar del dolor.
Viví
ahí, justo me tuviste cerca un lustro,
y
de vez en cuando salías a buscar mi rostro.
Sonreías
y deseé amar tu escupitajo,
me
alimentaban las migajas de tu corazón,
y
aunque cada paso que dabas
mataba
un poco mi alma,
aprendí
a andar a tu ritmo.
No
supe levantarme,
tal
vez no quise alejarme de tu pie.
Pero
ahora que sé ya no lo quiero,
parece
no importarte si me deshaces.
Incitatus
(Octubre'17)
Imagen:
Internet