miércoles, 3 de junio de 2009

La Inoportuna Realidad


Cuando lejos del viaje has vuelto,
sonríes a la corta distancia que cede a la vida
y escapas de su halo de vuelos lejanos.
Ven, aquí es casa, quédate a cenar, es tarde.

Sentada en la antesala del sueño perfecto,
el aire se vuele espeso, es del peso del alma eterna.
Un acorde de violines cierra tu mente a las vidas paralelas,
regresas mientras vuelven las aves a la realidad.

Camina de vuelta al deseo inmundo que crece,
huye del sepelio del espíritu caníbal,
del sabor de piel que seduce, que mata.
Interpones tu sonrisa a destello de tu estela.

Cierras los ojos, el cielo te espera.
Nadas hacía afuera, subes por la cornisa rosada.
Los árboles te impulsan al abismo del silencio,
Y ya no regresas, aquí no es casa, es hogar.


incitatüs
(junio'09)
imagen: internet

5 comentarios:

  1. La realidad puede ser inoportuna, molesta, cruel, dolorosa... Pero también nos puede estar repleta de sucesos maravillosos.
    El texto me ha gustado muchísimo. Creo que es uno de tus mejores textos, Alberto. Creo que el estilo es maduro y has conseguido una voz propia. Además has hilvanado los versos de manera fantástica. Buen trabajo.
    Un abrazo grande.

    ResponderBorrar
  2. Ah! Me ha encantado el nuevo aspecto de tu blog. El color es más favorecedor, más fresco.
    Otro abrazo.

    ResponderBorrar
  3. Estoy en la espera del pase que me ha de dar el camino para seguir moviéndome a la nada y llegar ahí algún día... quizás me encuentre contigo en el espacio y pararé solo por combustible, mordiéndote los labios y callando para que escuches mi sinfonía y mi agonía.

    Un beso...

    Be my guest!

    ResponderBorrar
  4. Yurena:

    Muchas gracias por tu siempre pronta visita a éste espacio y aún más por los comentarios.
    Siempre trato de hacerlo lo mejor posible.
    Gracias de nuevo señorita!

    ResponderBorrar
  5. Ari:

    ¿Qué puedo decir?, solo que te acompaño en la espera.

    Gracias por tu visita.

    ResponderBorrar

Mata al Auriga Lentamente, Asegúrate que Sufra