sábado, 31 de mayo de 2008

El Ángel de las Alas de Acero


Llegada la penumbra regresó a la soledad de su lago oscuro. Sus pesados y cansados pasos lo llevaron de nuevo al reflejo de su rostro en el lago. Con sus manos lo acarició. Sus dedos mutilados por mil batallas tocaban sus viejas heridas. Había cicatrices viejas, otras no tanto.

El ángel de las alas de acero se reconoció a sí mismo.

Frustrado, quiso retomar el vuelo. Pero sus pesadas alas no respondieron. Tenía las alas más hermosas de todas, pero estaban hechas de acero. Y de nuevo cayó desplomado. Cansado y derrotado como siempre. Cansado y derrotado se durmió.

A los pocos minutos una suave brisa lo despertó. Buscó con la mirada en todas partes. Escuchaba pequeñas risas, y sentía un dulce aroma. Fue entonces cuando la vió. Era un hada de hermosas y blancas alas. Sin decir nada, el hada se acercó a él. Se postró en una roca frente a él. Lo observaba extrañada, curiosa, pero divertida. Entonces le sonrió. La nube que oscurecía el cielo dejó pasar un rayo de luz que la iluminó.

El ángel de las alas de acero se sintió intimidado.

Nunca había visto algo más hermoso que esa sonrisa. El hada, con su bella sonrisa le ofreció su mano. El ángel dudo un momento, tenía los dedos mutilados. Pero el hada, acercó su bello rostro al de él y sonriendo lo besó. Él, que no conocía ese sentimiento nuevo, pero maravilloso, lo aceptó. Entonces, dándole su mano, juntos se elevaron.

Por vez primera, sus alas de acero tomaron el vuelo.

Volaron unos minutos, y observaron desde la altura su oscuro y triste lago. Se veía hermoso desde arriba. El hada le sonrió de nuevo, y soltando su mano se alejó un poco. El ángel titubeó, pero logró mantenerse en vuelo. Ella, feliz volaba a su alrededor, dejando destellos de luz en su estela.

Llegó a una montaña. Él, se postró sobre una enorme roca. La luna lo circundaba. Se veía imponente con las alas desplegadas. Estaba extaciado, feliz, se sentía vivo. Entonces, con su mirada, buscó al hada entre las nubes, entre los árboles, entre las rocas de la montaña.

No la encontró.

Replegó sus alas, y las nubes taparon la luna de nuevo. Permaneció así varios minutos, y fué entonces que a lo lejos, observó un gran destello de luz. Se sintió feliz, era su hada! Pero ésta vez ya no venía sola. El hada regresó acompañada de un ángel hermoso, de grandes y blancas alas, como de águila. Ambos reían y cantaban. Se veían felices, hermosos. La luna salió y los iluminó de inmediato. La luna parecía su complice, parecía que estaba tambien feliz.

Ahora, llega de nuevo la penumbra y regresa la soledad de su lago oscuro. Los más pesados y cansados pasos lo llevan de nuevo al reflejo de su rostro. Observa sus heridas. Existe una nueva, pero ésta no se encuentra en su rostro.

El ángel de las alas de acero se reconoce a sí mismo.


¡nc¡tatüs
(mayo'08)
imagen: internet

martes, 20 de mayo de 2008

El Escribidor

EL ESCRIBIDOR

Un poeta es aquel que hace poemas, que vive en Utopía y renace con su inspiración. Que derrama miel en sus pergaminos, que es sensible y llora al terminar su obra. Que abraza a la muerte y se entrega a sangre y fuego al dolor.

Un escritor es el que vive en aventuras, sueña con imágenes y personajes, se convierte en protagonista de su historia. Que es capaz de crear historias tremendas, de sentir y hacer sentir emociones y sensaciones maravillosas. Que es dueño del destino de los seres por él creados.

Un escribidor es aquel que escribe sólo por hacerlo, a veces sólo por matar las tardes, a veces sólo por plasmar un sentimiento, o una vivencia, una anécdota o una petición. Una idea que de su corazón brota.

Un escribidor no es poeta, no sabe de versos ni de estrofas, no sabe de rimas ni de sílabas, no escribe alrededor de pétalos de rosa ni con fondo de música ligera.

Un escribidor no es escritor, no sabe de novelas ni de clásicos, no a leído a Shakespeare ni a Hemmingway, no conoce la narración ni la fábula.

Un escribidor solo se plasma con su mala letra y ortografía su sentir su alma y vida, su amor y muerte.

Un escribidor es una hoja y un lápiz, una habitación o un llano inmenso, una estrofa o el más largo de los cuentos, una lágrima o una carcajada.

Un escribidor es un poeta y un escritor, es periodista y es artista, es dueño de todos los poderes que de él surgen en la mejor de sus tardes.


¡nc¡tatüs
(noviembre'03)
imagen: internet

martes, 13 de mayo de 2008

Éxtasis

Ahora otros ojos penetran en tu suave almohada,
donde las sirenas de oro practican los juegos del dolor y del placer.
Ahora el océano es más profundo y tus sueños se vuelven del color del agua.
Un lento, pero fuerte sentimiento entorpece tus sentidos.
La chispa prendió en tu justo centro.
Se aloja en una húmeda y nueva sensación.
las explosiones de luces artificiales ciegan tus pensamientos.
descubres el significado exacto del verdadero amor,
del amor a la belleza y a la vida;
de la piel erizando al alma y de los sonidos ensordeciendo todo tu ser.
La sonrisa del alma es aún más profunda que el océano,
ahora sabes que todos tus sueños, no se borrarán jamás.

¡nc¡tatüs
(mayo'01)
imagen: internet

viernes, 9 de mayo de 2008

Héroe

Pasé mi mano por el cristal empañado de la combi, la lluvia ya no caía tan fuerte, pero el vaho de los pasajeros seguía empañando los cristales. Se veían distorsionados los colores, rojo y verde de los semáforos, las luces de los autos, las luminarias de la calle. La gente de afuera ya no se rezguardaba en las marquesinas de los negocios, la noche en sí estaba mojada, confusa.
Mis pensamientos estaban tambien empañados, distorsionados al igual que el cristal de mi transporte. Mi recuerdo inmediato había hecho sacudir mi mente y hasta mi corazón. Y es que acababa de regresar de Pachuca despúes de un fin de semana de trabajo. Cerca de Zumpango había empezado a llover, y eso me despertó. Parecía un diluvio. "Siempre que regreso de Pachuca llueve", me decía, mientras me acomodaba de nuevo para seguir con mi siesta. En las pantallas de autobús, la misma película de una semana antes, y cómo no, era el mismo autobús de una semana antes.
Sin embargo ya no pude dormir. Subí los pies al asiento contínuo, ya que casi siempre el autobús regresa casi vacío. Ahora eramos más de diez pasajeros, demasiados para lo común. Abracé mi chamarra y me puse a pensar no recuerdo en qué. Al pasar la primera caseta, escuché que la muchacha de atrás hacía una llamada: "Ya estoy pasando la caseta de Los Héroes, sé mi héroe y ven por mí por favor, está lloviendo". "Los Héroes", me dije a mí mismo. Imaginé por un momento al cura Hidalgo vestido como Batman o a Morelos como Superman. La Corregidora sería la Mujer Maravilla, sonreí. "Ya no existen héroes en éste mundo" terminé diciendo enfático y haciendo una mueca sonora.
Al llegar a mi parada, la mayoría de los más de diez nos levantamos. "La Treinta" gritó el chofer para los que seguían dormidos. La mayoría pensabamos que nos ibámos a mojar, la lluvia no cedía. Mientras, los depachadores de las combis y taxis gritaban para que nos hicierámos de sus servicios. Yo no los ocuparía. Tenía que caminar varias cuadras y subir un puente para llegar hasta donde sale mi transporte. Y seguía lloviendo. Caminé, y para mi sorpresa, fueron más de diez lo que me acompañaban en mi mojada travesía. Al llegar a un puesto de revistas, me rezguardé y algo me llamó la atención. Un cuadro de Superman en un toque gótico. No se veía mal, pero volví a decirme a mí mismo, los héroes sólo existen en la imaginación.
De repente veo que mis más de diez compañeros cruzaban la avenida. la mayoría lo hacía deprisa. El semáforo empezaba a parpadear y pensé: "si no corro, no voy a llegar al otro lado". Como pude agarré mi mochila de un tirante y corrí. Sin embargo me dí cuenta que no llegaría hasta la acera de enfrente, y me quedé en pleno camellón, mojándome. Ví que el semáforo se me ponía en rojo y ya no podía pasar. Sin embargo los autos no avanzaron. A mis espaldas, los demás autos avanzaban con gran velocidad. Volví la vista a todos lados, buscando la respuesta a tan peculiar situación. Caminé a mi costado un poco, para ver si el semafóro no servía, o seguía en rojo, pero no, estaba en verde. No entendí, y hasta me sentí como un tonto, porque podía pasar, pero nada garantizaba que no avanzaran los autos y ,e atropellaran.
Fué entonces cuando lo ví. Ahí estaba. Entre la lluvia, las luces de los autos y los claxonazos había una mano mojándose en todo lo alto. Una mano que impedía a los automovilistas avanzar. Bajé la vista y poco a poco fuí descubriendo una silueta. Era la de un policía que me miraba insistente, esperando que pudiera pasar. Me intimidé, caminé de prisa, casi corrí. Al llegar a la banqueta, el oficial bajó la mano y permitió que avanzaran los autos. Me sentí raro. Pensé, "¿porqué a mí?, si no venía nadie conmigo, si no soy una viejecita o una chica guapa, ¿porqué a mí?, ¿porqué detuvo los autos para que alguien como yo pasara?" Me sentí vulnerable, confuso.
Ahora mis pensamientos son interrumpidos de nuevo. Alguien le grita una majadería al chofer de la combi en la que voy y éste se la regresa con una mentada. Ahora veo que he vuelto a la realidad. Ahora a mi mente viene la voz de la chica que pedía ayuda a "su" héroe, y sentí que tal vez ese oficial de transito, que también se mojaba y me dió el paso, seguro tendría que ser uno de ellos.
¡nc¡tatüs
(mayo'08)
imagen: internet

martes, 6 de mayo de 2008

Sonido que invadió la mente sorda


Sonido que invadió la mente sorda,
aullido que ahogabas en un vaso de cristal,
el cadáver putrefacto y roído por la conciencia,
y el olor de semen bañado en un placer inexplorado.

Los fantasmas cadenciosos y encadenados regresaron,
el baño del bebé quedará en un lecho de fuego,
el pesado mirar del más viejo de tus temores,
hacen que la sonrisa de tu vida se desvanezca.

Ahora sufres por la explosión de tus deseos,
la fuente que te dio a luz dejó de fluir,
el metal que conseguiste para el corazón fue absorbido,
y ahora es parte de las acciones de tu sombra.

Ya no hay memoria y los esfuerzos murieron,
terminaste por despertar de la vida rosada,
el coro celestial ahora enmudece a tu paso,
el paso del ciclo de una vida muerta.

Toqué las puertas del cielo por ti, para ti,
derrumbé las montañas que a tu paso quedaban,
construí el planeta azul que querías pisar,
y lloré la perdida del mas importante de todos tus hijos,
la fe...
¡nc¡tatüs
(septiembre'01)
imagen: internet